Generalmente, las estrategias están dadas por la alta gerencia, y los colaboradores deben seguirla
al pie de la letra para poder cumplir las metas que se han propuesto, pero ¿qué pasaría si
fuésemos un poco más allá? Si soltáramos la creatividad y propusiéramos cosas diferentes, que
nos ayuden a conseguir nuestro objetivo, captando mayor atención y ¿por qué no? Aumentando la
meta propuesta.
Para lograr una estrategia de este tipo, no basta con la genialidad del líder del proyecto, es
necesario involucrar a todas las personas que se puedan, y si son provenientes de otras áreas,
todavía mejor, trabajando con metodología de design thinking, se puede conseguir cautivar y
sorprender al cliente de forma tal, que haga “clic” con la idea, la forma de comunicar la idea y lo
más importante con la empresa y la marca que está lanzando esa idea.
Pero para lograr esto, no solo se puede hacer atreves de lluvia de ideas (lo cual puede funcionar)
sino que tenemos que ir más allá, pensar “fuera de la caja” para sorprender realmente, poder
combinar objetos e ideas que no tienen nada que ver con nuestro negocio, pero que poco a poco,
con el uso de la imaginación y la colaboración del equipo, se puede adaptar el elemento en la
campaña o la estrategia causando ese efecto que queremos y alcanzando las metas que se han
propuesto.
Recuerda tener clara la estrategia principal de la empresa para que pueda estar alineada con la
estrategia disruptiva que podría nacer, un ejercicio que puedes hacer es limitar el presupuesto
para que salgan ideas más creativas con menor presupuesto, algo sencillo pero igual de efectivo y
poderoso, jugar con las emociones (en el buen sentido) también es algo poderoso, si puedes
alinear la campaña o la estrategia con una emoción positiva sería buenísimo, algo que contenga
risa, ternura o compasión en el buen sentido.